Los 40 llegaron a mí y me encontraron fortalecida, luego de años de trabajo, de un duelo, de ser madre, de ser estudiante, empleada, empresaria y por cosas del amor, mujer que trabaja desde su casa. Me trajeron el saber cuan importante es la familia, valorando sus cualidades, disfrutando sus particularidades y sabiéndolos únicos, fundamentales para recuperarte de los golpes de la vida. Me trajeron la certeza de que después de la tormenta llega la calma y que por más tristes que sean las cosas, el sol vuelve a brillar cada día. Me enseñaron a decir te quiero, te necesito, confío en ti, perdóname, me equivoqué, me voy o puedes irte. También perdí el temor a decir: no lo sé, no quiero eso ahora en mi vida, quiero aprender y puedo hacerlo. Aprendí a medir mis palabras así como su entonación, con la certeza que después cuesta más arreglar los destrozos…
Los cuarenta trajeron consigo el amor, un amor arriesgado que venía de lejanas y desconocidas tierras, que me llevaría lejos de todo cuanto tenía hasta ahora y que no tenía miedo de aceptar, porque ahora sabía que merecía tenerlo y que necesitaba dar amor. Me llegaron en un momento en que era independiente emocional y económicamente, pero convencida de que todo eso carecía de importancia si no estábamos juntos para disfrutar la vida como se presentara. Debí elegir y aquí estoy, al lado del hombre que amo, que ha llenado mi corazón de sentimiento, mi alma de calor, sabio, inteligente. Me acompaña en una de las etapas mas bonitas de mi vida, con mi hija, una mujer que ha conocido la adversidad al perder a su padre a los 13 años, que ha sabido transformar esa experiencia en lección de vida y materia prima para fortalecer su personalidad, apreciando lo que la vida le trae cada día, fiel compañera de todos mis andares.
Es edad de saber que se debe llorar cuando se necesita, porque da mucho alivio después, de reir cuando tengas ganas y de decir lo que te molesta, porque ya has pasado muchas veces por algo así y no estás dispuesta a revivirlo, pero con esa habilidad de hacerte entender sin lastimar. Saber que se puede romper moldes y construir moldes nuevos, que la sabiduría atesorada te da las herramientas para hacerlo de forma rápida, de reaccionar ante los cambios, de ser resolutiva, de estar en condiciones de aprender y colaborar, de compartir tu saber, sin esos temores y egoísmos de la juventud, aunque hay que reconocer que en este aspecto, muchas mujeres nunca terminan de crecer.
Es edad de productividad, de creatividad, de trabajo en equipo, de emprendimiento ¡y pensar que las empresas se pierden todo eso!. Porque también para nuestro pesar, es edad en que si perdemos nuestro empleo, encontrar una oportunidad laboral como asalariadas es cosa más que difícil. Es momento en que debemos buscar el auto-empleo, para lo que tenemos un inagotable depósito de ideas, que no podemos dejar de lado, que tenemos que visualizar, consultar y procurar la información necesaria para ponerlas en marcha, porque a pesar de nuestro incalculable valor como recurso humano, no quieren contratar mujeres de 40 y tantos.
Me siento orgullosa de mis 40 y tantos.
Acerca de Liliana Arenas
Soy de Buga, desde 2007 vivo en Las Palmas de Gran Canaria, desde mi web brindo apoyo a las parejas de colombianas y españoles que luchan por obtener un visado para amar, al igua que a los colombianos residentes en España, con información sobre trámites de extranjería. He vivido el proceso de emigrar y de aprender a vivir en tierra extraña, una experiencia que espero compartir con los lectores.
Publicado en conexioncolombia.com
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